viernes, 1 de julio de 2011

Mi nombre y otras manías.

De todos los tipos despreciables de personas hay uno en concreto que por muy poco no es el peor de todos: los padres que ponen nombres compuestos a sus hijos. 


Siempre he defendido la idea de controlar la reproducción humana porque que dos personas estén en plenas facultades físicas para concebir un retoño, no indica que también lo estén mentalmente. Las Autoridades deberían encargarse de regular quién puede y quién no puede tener un hijo con el fin de librar al mundo de niños maltratados y/o abandonados, niños analfabetos, niños maleducados y niños con nombres compuestos, entre otras cosas.


A los que estén pensando que soy poco menos que una loca nazi: ¿se os ocurre un acto mayor de crueldad gratuita que llamar a un bebé Juana Vicenta o Pedro Sebastián? Porque a mí no. Querer honrar el nombre de tus abuelos fallecidos componiéndolo como el nombre de tu futuro hijo no es otra cosa que una putada a un ser indefenso que aún no ha hecho nada para merecer algo así. Porque un nombre te acompañará siempre y formará parte de tu identidad, quieras o no.


Yo estoy especialmente sensibilizada con el tema porque fui una de esas afortunadas que heredó el nombre de su madre: María del Carmen. No es especialmente feo, pero es demasiado común y tan largo que lleva implícitas una serie de abreviaturas que, uhm, apestan. No me gusta que me llamen María, ni Carmen, ni Mariadel (¿qué clase de persona enferma ideó algo así?), ni Maica, ni Mamen, ni Carmenchu. Podría decirse que lo que no me hace gracia es que me llamen, directamente, pero eso no sería del todo cierto.


Desde que recuerdo me he presentado como Mari Carmen. Hace muchos años la gente con la que iba al colegio/instituto me llamaba Mari de forma generalizada y no me molestaba. Después, cuando empecé a relacionarme con más gente desarrollé la incapacidad de asimilar que cualquiera pudiera llamarme así. Mari sólo me llaman mis padres, mi novio y gente de mucha confianza. Cuando alguien que no está en ese pequeño círculo me llama de ese modo me suena tan raro que parece que no estén hablando conmigo, así que automáticamente se activa mi cara de ¿Qué crees que estás diciendo? y suele funcionar para el futuro.


En la Mari-Época una de mis tías me regaló un kit de punto de cruz para bordar mi nombre. No era el típico nombre en el que hay una inicial más elaborada y un montón de letras normales detrás. Éste llevaba un motivo totalmente independiente y el nombre estaba situado abajo, a modo de firma descomunal. 



No me digáis que el osito de peluche no es súper mono. Me gusta mucho la combinación de colores en general y la expresión de bonachón que tiene el osito sujetando su petate nocturno. Siempre he tenido debilidad por la luna y me parece que la forma de ésta quedó bastante bien. También me gustan las estrellas y cómo se ven a lo lejos. 


Es una pena que la foto sea tan mala, pero el cuadro está colgado en una pared en la que no termina de entrar la luz natural. El flash rebotaba en el cristal, así que tuve que hacerla sin flash y con el zoom para que no tuviera una forma rara. 


Creo que fue el segundo cuadro que hice a punto de cruz, por lo que estoy muy orgullosa del resultado final. Sobre todo de cómo quedó la expresión de la carita al repasarla.


Como véis pone Mari y no Mary. Por alguna extraña razón, la mayoría de gente que ha visto este cuadro me ha preguntado con cierto asombro "¿Por qué pones tu nombre con i latina?" ¡Como si hubiera otra forma correcta de hacerlo! 


No me gusta nada que la gente decida llamarme Mari de un día para otro sin conocerme prácticamente de nada y mucho menos que me encasquete algún diminutivo de los que he hablado antes. Pero lo que sí que no soporto es recibir una carta a nombre de Mary, ver Mary en un e-mail o descubrir que soy Mary en la agenda de un móvil.


Para terminar os enseño el compañero de pared que tiene el osito de peluche dormido en la sonrisa de la luna:



Prometo una foto mejor para cuando tenga tiempo, ganas y haya una luz decente. Pero no puedo prometer nada acerca de mis manías ;)

7 comentarios:

  1. Vamos a ver! Entonces como puñetas te llamo!!!!!!

    Gabbo

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  2. Tú debes llamarme Miss/Mariko ;)

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  3. Para mí serás Mariko hasta el fin, le pese a quien le pese! ;P

    -Ardid

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  4. Yo sí te llamo Mari. U_U Frente a los nombre compuestos me entra un sensación de impotencia abrumadora. Enteros suenan complejos, recortados pueden llegar a ser ofensivos. Acostumbrada a que hagan barbaridades con el mío ( ¿cómo puede ser tan sugerente el nombre de Almudena?) respeto a los que tampoco les gusta. A partir de ahora Mariko. :D

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  5. jajajaja

    no me molesta para nada que tú me llames Mari, por ejemplo ;)

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  6. Yo te conozco como Mariko :P

    Además, estoy de acuerdo totalmente contigo en lo de que se debería controlar quien puede tener hijos. Debería haber una licencia de paternidad, o algo así.

    Y que el exámen NO fuera tipo test, que muchos de los imbéciles que conozco se sacaron el teórico de conducir a los 17 años y eso no indica nada bueno sobre el exámen.

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  7. Mariko me gusta más que Mari/Mari Carmen, pero nunca he probado a presentarme así con alguien que haya conocido en 3D XD

    Es que lo de regular la paternidad debería ir casi ligado con lo de poder obtener el carnet de conducir. Conozco gente que no tendría que ir ni en patines!

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